15 de julio de 2011

de pronto me doy cuenta de que mi cuenta de tuiter es el registro preciso de las sensaciones en esto que inicia (en esto que cambia).

entonces quería hablar sobre las hadas madrinas de mi propio cuento de hadas -ya me voy a abandonar a la cursilería de creerlo, cruzando los dedos para que abandonarme del todo sea como dejarme caer en el agua y no haya demasiado estropicio en el futuro-. 

quienes me han acogido tienen sus propios cuentos de hadas. aquí frente a mi, un dibujo con bolígrafo: 'salimos a pasear'. o el chico que, después de una larga vuelta, me abraza como aquel primer día en el que nos dimos cuenta de cuánto nos queremos. 

una vez conocí a un hombre a quién le cambiaba el rostro cuando miraba a su compañera. "quiero eso", pensé. después supe lo que había detrás, pero sigo queriendo el cambio de mirada. quiero muchas cosas. innecesarias notas que guardar para siempre en el tablero del estudio. 

ya veremos. (pero cuánta confianza).

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